Buenas perspectivas
El arranque de la temporada turística ha supuesto un impulso, casi inesperado, para muchas empresas de diferentes sectores. El impulso alcanza tanto a la inversión, en especial la inmobiliaria, como la comercial, con la apertura de nuevos establecimientos. Todo este cúmulo de circunstancias está repercutiendo en una concentración en la demanda de mercancías desde el exterior para cubrir el consumo interno que se prevé disparado, un círculo que también implica determinados riesgos que no pueden dejar de estar presentes en un escenario internacional tan inestable como el actual.
Aprovechar la coyuntura
No cabe duda de que las empresas de las Islas tienen como principal objetivo garantizar los suministros en estos momentos de reactivación económica, conscientes de que incluso en algunas materias primas siguen manteniéndose los problemas que se arrastran desde hace ya muchos meses debido al desequilibrio generado desde mercados como China, de manera especial. La posibilidad de almacenar productos en momentos como los actuales, con una inflación descontrolada, es un factor también muy presente en esta dinámica. Con todo, cabe indicar que este frenesí económico no puede ser una tónica imparable, el acelerón de estos meses deben servir de colchón para cuando el sosiego regrese.
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A los mallorquines os ponen un billete de cinco euros en una mesa y os ponéis a cantar el oh Sole Mio.