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Las penurias económicas de muchas mujeres, sobre todo sudamericanas y de Europa del Este, son utilizadas por organizaciones mafiosas para traerlas a Mallorca y prostituirlas en contra de su voluntad, tras engañarlas con un supuesto trabajo «digno» que no es más que una farsa. Esta semana, la Policía Nacional -que realiza un extraordinario trabajo combatiendo esta lacra- ha llevado a cabo dos importantes operaciones contra la trata de seres humanos, que genera grandes ingresos económicos a los cabecillas de estos clanes. En el primer caso, se trataba de chalets de lujo de Inca, Alcúdia y Muro, donde las mujeres eran explotadas. En el más reciente, que publicamos ayer, tres chicas fueron liberadas de un piso de Palma, junto a la Jefatura de Policía, donde eran prostituidas a la fuerza.

Aparente impunidad.

Lo que llama la atención de estos proxenetas es que actúan con aparente impunidad y con un desprecio absoluto hacia los derechos y libertades de las personas. El modus operandi casi siempre es el mismo: les ofrecen trabajo en el sector inmobiliario mallorquín y les pagan el viaje a la Isla. Cuando aterrizan, descubren de golpe que todo ha sido una trampa. Les quitan la documentación y son obligadas a prostituirse día y noche hasta que saldan la deuda con la banda. También deben acudir a fiestas privadas y orgías, y si se niegan son agredidas.

La colaboración ciudadana.

Afortunadamente, la Policía no está sola en la lucha contra los proxenetas. De un tiempo a esta parte se ha habilitado una dirección de correo electrónico -trata@policia.es- que posibilita que cualquier ciudadano, de forma anónima, contacte con ellos y denuncie algún caso que conozca. También hay ONGs volcadas en el auxilio de estas mujeres vulnerables, sin recursos, que están desamparadas y en manos de ‘madames’ sin escrúpulos. Así pues, la colaboración ciudadana se presenta como una herramienta clave para combatir la trata de seres humanos, con tantos tentáculos en Mallorca.