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En la Part Forana y en la capital balear, así como en el resto de las islas, se celebraron ayer distintos actos y manifestaciones por el 25-N, el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Fue un clamor de la sociedad harta ya de soportar malos tratos domésticos que, en las ocasiones más trágicas, acaban en asesinato. Una lacra contra la que todos debemos luchar unidos, sin fisuras, y con único discurso. Es por ello que la postura de partidos políticos como Vox, con una lectura paralela, rompen esa unidad tan necesaria para combatir un problema tan extendido como es la violencia de género. El negacionismo, pues, solo puede llevarnos al desastre. Como dato, hay que recordar que solo en Palma, desde 2005, se contabilizan más de una veintena de crímenes machistas. Un dato absolutamente desolador y un indicador de la magnitud del problema.

Escuelas y familias.
El trabajo debe comenzar en las escuelas y en el seno de las propias familias, para concienciar a los niños y niñas del respeto y los valores. Esa base sólida, con todo, tiene que ir acompañada de una batería de medidas por parte de las instituciones, para denunciar y perseguir estos delitos, que muchas veces quedan silenciados -aunque cada vez menos- en las cuatro paredes de una casa. De hecho, denunciar es clave para evitar que las agresiones vayan a más y puedan acabar en femicidio.

Tolerancia cero.
En cualquier caso, la Policía y la Guardia Civil tienen el cometido de detener a los maltratadores y los distintos juzgados de Violencia de Género de condenarlos duramente cuando llega el momento del juicio. Pero también es necesario que estos equipos tengan los medios necesarios para proteger a las mujeres en peligro y garantizar que los agresores no podrán volver a atacarlas. Esto requiere una importante inversión presupuestaria, prioritaria para cualquier Gobierno.