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La saturación turística y la crisis habitacional son los dos principales problemas de los ciudadanos de las Islas, según se refleja en la encuesta del IBES (Instituto Balear de Estudios Sociales) para este periódico. No se trata, en cualquier caso, de ninguna sorpresa. Y los datos llegan en pleno debate por la masificación y tras la histórica manifestación del sábado de la semana pasada, cuando 10.000 personas se echaron a la calle en Palma para pedir medidas urgentes contra estas dos problemáticas. A estas dos preocupaciones para los residentes en el archipiélago se suman otras también muy serias: los bajos salarios y la escasa motivación de los más jóvenes para acceder al mercado laboral. Es, pues, una combinación preocupante que requiere de las instituciones medidas inmediatas de corrección, para evitar que se acentúen y lastren todavía más el día a día de los baleares.

Avalancha turística

La masificación, con sus consecuencias en forma de atascos diarios en todas las vías, playas saturadas y precios por las nubes, ha colmado la paciencia de los residentes. Sin embargo, hay que recordar que no solo los veraneantes esporádicos tienen la culpa de esta situación: sólo en Mallorca estamos rozando ya el millón de habitantes, una cifra impensable hace unos lustros y que da una idea de cómo han crecido en población las Islas.

Viviendas inaccesibles

De igual manera, el precio de las viviendas y de los alquileres es un quebradero de cabeza para los ciudadanos, que deben destinar un sueldo íntegro para vivir en un piso o pagar una hipoteca. Falta vivienda pública, pero parece improbable que se pueda construir al ritmo que se requiere. Si la tendencia continúa con esta progresión, miles de familias quedarán excluidas del acceso a una vivienda digna, que es un derecho irrenunciable.