Los criterios que se aplican para la financiación de las autonomías llevan ya una década caducados. Aprobados en julio de 2009 con la abstención de las comunidades gobernadas por el PP, tenían que haber sido revisados y actualizados cinco años después, pero hoy sigue en vigor un modelo que no responde a la realidad de la evolución demográfica y la población ni los cambios que se han registrado. Y en el caso de Balears, resulta particularmente gravoso para los ciudadanos y las empresas de las Islas al ser una de las tres comunidades –junto con Madrid y Catalunya– que es aportadora neta a la solidaridad territorial, lo que implica la pérdida de recursos fiscales, que reciben otras autonomías. Este lesivo sistema puede ser aún más pernicioso para el Archipiélago si, en virtud del pacto acordado por ERC y el PSC-PSOE para la investidura de Salvador Illa como presidente de la Generalitat –un acuerdo político cuya letra pequeña y trascendencia aún se desconocen– Catalunya recaudará y gestionará todos sus impuestos.
Una financiación autonómica que perjudica a Baleares
Palma05/08/24 0:30
También en Opinión
- La exnovia de Pedro Sánchez se salva de un nuevo desahucio en Mallorca
- Adiós a las noches en vela: Harvard da los tres trucos definitivos para dormir del tirón
- La emotiva despedida de una enfermera de la UCI en Son Espases
- La respuesta de Ryanair a las quejas de los usuarios en Palma: «La pasajera molestó al personal de la puerta, que le denegó el embarque»
- Nuevos datos sobre las lesiones de la hija de Anabel Pantoja: buscan pruebas en las cámaras de seguridad de un centro comercial