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Excepto el reproche institucional contra Gabriel Le Senne por haber denunciado en el juzgado la colocación de la bandera LGTBI en la fachada del Parlament, el pleno de la Cámara autonómica evidenció la nueva etapa que han abierto el PP y Vox superado el escollo de la remoción. Los ‘populares’ no apoyaron el pasado martes la propuesta de la izquierda para destituir a Le Senne, que el 17 de septiembre ha de declarar en sede judicial como imputado por un presunto delito de odio al haber roto la foto de Aurora Picornell y de las ‘Roges del Molinar’, iconos de la represión franquista en Mallorca, en el pleno del 18 de junio. El PP censuró este comportamiento del presidente del Parlament pero impidió que prosperarse su destitución, como reclamaba la izquierda. El Govern Prohens, que se halla en una situación de minoría parlamentaria –al igual que el Gobierno de Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados– quiere evitar tensiones y discrepancias con Vox, a pesar de la ruptura unilateral de los pactos autonómicos entre ambas formaciones anunciada por Santiago Abascal el 11 de julio pasado.

Los 110 puntos de junio de 2023.

Prohens, que ya eludió la entrada de Vox en el Consell de Govern, es consciente de su situación y apuesta por mayorías variables, lo que implica intentar acuerdos con todos los partidos con representación parlamentaria. La primera opción para el PP balear sigue siendo Vox a partir del pacto con 110 puntos suscrito en junio de 2023 que posibilitó la investidura simultánea de Prohens y la elección de Le Senne.

Aprobar los Presupuestos.

La presidenta del Govern y del PP-Balears, que ha demostrado su astucia y habilidad, aspira ahora, blindado Le Senne, a una pax romana con Vox; un periodo de estabilidad que permita aprobar la ley de Presupuestos y evitar más incertidumbres. Surgirán problemas, pero Prohens, de momento, marca la estrategia.