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El Gobierno retiró, ayer, la tramitación en el Congreso de la senda de estabilidad presupuestaria, que iba a votar este jueves, al constatar la falta de apoyos y el fracaso en su intento de atraer a Junts a un acuerdo. La aprobación de la senda de estabilidad, conocida como techo de gasto, es un paso previo e imprescindible para la presentación y debate del proyecto de ley de los Presupuestos Generales del Estado para 2025. La decisión del Ejecutivo evidencia su situación de minoría parlamentaria. Aun cuando afirma que retrasa la votación para alcanzar un pacto que beneficie a las comunidades autónomas y los ayuntamientos, en realidad Pedro Sánchez gana tiempo para seguir negociando con la formación de Carles Puigdemont. Consciente de la debilidad del Gobierno PSOE-Sumar, Junts exige a Sánchez una nueva propuesta que «mejore la situación de Catalunya». Pretende que un tercio del margen de déficit sea para las autonomías. Rechaza que 35.000 millones sean para el Estado y 5.000 para las comunidades y exige que otorgue 13.000 millones a las autonomías.

Nuevo escollo para el PSOE.

Inmersos en este atolladero, Junts y PSOE decidieron reabrir, in extremis, la negociación y, al mismo tiempo, reactivar comisiones de investigación paralizadas. Lo cierto es que los socialistas tendrán que ceder ante las nuevas demandas de los independentistas catalanes a no ser que abran una negociación con el PP.

Daña al Gobierno y a la oposición.

Núñez Feijóo considera «sorprendente» que el Gobierno retire la tramitación de la senda de estabilidad y que culpe al Partido Popular cuando no se ha sentado a negociar con esta formación. El excomisario de Economía de la UE, exministro y exsecretario general del PSOE Joaquín Almunia califica de «problema» esta demora y advierte que «daña a todo el mundo, a los que están en el Gobierno y a los que están en la oposición». Perdemos todos.