En las últimas 48 horas han llegado a las costas de Baleares siete nuevas pateras, lo que da una idea de la magnitud de este problema. Que, además, se está viendo agravado porque sólo en el mes de noviembre han entrado en territorio balear 93 menores no acompañados, una cifra sin precedentes en los últimos años y que está tensionando hasta límites no conocidos hasta la fecha al IMAS (Institut Mallorquí d’Afers Socials), que ya ha advertido que no tiene capacidad para asumir esta avalancha de niños y niñas. La Guardia Civil, que es el organismo policial con competencias en el mar, también está desbordada y sus medios técnicos y humanos están volcados en el auxilio de los cayucos que llegan cada semana al sur de Mallorca (sobre todo ses Salines y la Colònia de Sant Jordi), Cabrera y también Formentera, donde las autoridades políticas ya han alertado de que la situación es extrema. Gran parte de los migrantes norteafricanos y subsaharianos adultos que acaban su terrible odisea marítima en Baleares emprenden después el camino hacia Francia y Bélgica, que son sus destinos principales. En cambio, los menores son acogidos en territorio español.
El drama que no cesa de los menores en patera
Palma30/11/24 4:00
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