TW

La exdirectora de la cárcel de Palma, María Jesús de Dios, declaró ayer ante un juzgado de Palma que el exjuez Manuel Penalva, condenado a nueve años de cárcel por los delitos cometidos en la instrucción del ‘caso Cursach’, le pidió que tomara medidas contra el empresario, que por aquel entonces estaba en prisión. Poco después, el preso fue trasladado ilegalmente a una cárcel de la Península. Se trata de una declaración muy grave de una alta funcionaria que aporta nuevas pruebas contra el magistrado jubilado. De Dios también aseguró que la notificación de la resolución de traslado de Bartolomé Cursach no se le entregó porque «se traspapeló». Luego añadió que ese documento fue «destruido involuntariamente» por un funcionario. Demasiadas sombras en un extraño traslado a una cárcel de Alicante que, en realidad, podría tratarse de una represalia encubierta contra el acusado, que después quedó libre de todos los cargos y demostró su inocencia.

Una instrucción desastrosa.

Nunca, afortunadamente, se ha visto en Mallorca una instrucción tan desastrosa como la que protagonizaron el exjuez Penalva y el exfiscal Miguel Ángel Subirán, al que muchos señalan como auténtico cerebro en esta trama que trituró la reputación de decenas de policías locales y funcionarios de Palma inocentes, que fueron detenidos o encarcelados y vivieron un auténtico calvario judicial y mediático.

Testigos comprometidos.

Lo más dramático del caso es que los dos instructores, así como el Grupo de Blanqueo de la policía de aquella época, dieron credibilidad a testigos de nula honorabilidad, como ‘El Ico’ (el hijo de ‘La Paca’ , que coincidió con Cursach en prisión) o la madame, entre muchos otros. Las posteriores y exhaustivas investigaciones de los policías conocidos como ‘Los Juanes’ han demostrado que mintieron de forma sistemática y con algún oscuro propósito.