Palma12/05/21 4:01
Muchos desaprensivos han convertido las redes de internet, mal llamadas sociales, en una mezcla de vomitorio y patíbulo en el que escupen su odio, propagan calumnias y dan rienda suelta a sus más abyectos instintos. Cada vez con mayor asiduidad, conocemos casos de personas convertidas en alimañas que se regocijan de la desgracia ajena. Ese odio también ha entrado en programas de televisión, y, lo peor de todo, es que también ha entrado en el Parlamento. Parece que los elegidos por el pueblo no saben que ese discurso del odio constituye una amenaza para los valores democráticos, la estabilidad social y la paz.
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