TW
7

La derecha se rasga las vestiduras en el asunto de los indultos. La izquierda moderada y los progresistas de toda la vida defienden que esa medida de gracia por la que el superior remite el todo o parte de la pena ha de aplicarse ya. No falta quien diga que los presos políticos catalanes independentistas han de sufrir lo que ellos llaman, los neos, un castigo ejemplar. Sin embargo, los soberanistas desde su gobierno autonómico piden la amnistía y el derecho a decidir de acuerdo con el derecho internacional. Porque la amnistía significa el olvido de los delitos políticos, otorgado por quien tiene potestad de hacer las leyes. Pero he aquí que algo puede quemarse en tan complejo campo de juego.

Después que durante años, desde el juicio del ‘procés', las alegaciones de la defensa de los presos en cuestión se ha entretenido en el maremágnum de papeles de la cúpula judicial española, cuando toda esa documentación ha sido liberada mientras los presos han estado cumpliendo condena, la abogacía de éstos, ha recobrado su movilidad y no ha perdido un minuto en viajar a Estrasburgo, sede del Tribunal de Derechos Humanos en la Unión Europea. Eso significa la denuncia de múltiples irregularidades en el juicio del ‘procés', algo que no debió pasar por alto a expertos en judicialidad de toda España.

¿Qué sucederá entonces si el tribunal de Estrasburgo acaba dictaminando que en la sentencia del juicio del ‘procés' hay algo que huele a chamusquina y los jueces que intervinieron en aquel delicado asunto se pasaron de la raya? ¿O es que acaso no lo deben decir esos miles de miles de papeles que están llegando al tribunal de tribunales? ¿Le tocará a España el tirón de orejas? La desproporcionalidad de las condenas ya es un asunto tratado por activa y por pasiva a cargo de muchas instituciones internacionales y ahora eso, el detalle de todo eso, será estudiado con lupa en Estrasburgo. Y si se demostrase que los presos merecían otra suerte, no será suficiente con sacarlos de la cárcel, sino también pagarles las consiguientes indemnizaciones. ¿Y quién pagará este dinero? Pues todos. Los ciudadanos. El contribuyente. ¿Y qué cara pondrán todos éstos que ahora no duermen el sueño de los justos indignados por el tema de los indultos? Y sospecho que Sánchez, soltando a los líderes independentistas, se quiere curar en salud.