Imagínate que vives en un lugar en el que hay un dictador que comete todos los delitos posibles para enriquecerse. Imagínate que en este lugar los compinches del dictador viven en la abundancia, que la clase media está relativamente bien y que una gran parte de las clases bajas se arrastra en la pura miseria y hasta con prostitución incluida como dramática tabla de salvación económica. E imagínate que estalla una revolución con el derrocamiento del despreciable dictador, que con su familia y allegados consigue huir en aviones repletos de bienes saqueados.
Una vez en el poder, los revolucionarios, hijos de clases medias atiborradas de teorizaciones políticas, instauran una nueva dictadura, la suya, que no admite disidentes ni pertenencias privadas. Hay muertos y fusilamientos. Pequeños y medianos propietarios ven horrorizados e impotentes como sus bienes (casas, negocios o tierras…) pasan a ser propiedad del Estado, Estado que no es otra cosa que una abstracción concretizada en los nuevos mandatarios. Las libertades (de expresión y con pluralidad de partidos políticos, sindicatos varios) son prohibidas. Todo el mundo se convierte en funcionario del Estado y con paga única y general (de unos treinta euros mensuales), pero esto sí, con seguridad social como, por ejemplo, la actual de España y con enseñanza gratuita para quienes quieran carrera universitaria cuyos frutos económicos serán los mismos que los que no la tengan ya que estudiando y trabajando mucho ganarás lo mismo que estudiando y trabajando poco, o casi nada. Pero esto sí, cuando una semana el Estado te ofrezca arroz, comerás arroz gratis. Y si otra semana toca alubias, comerás alubias.
Imagínate que el nuevo Estado revolucionario cimienta su fuerza en la represión policial y con una propaganda eficaz y tan maravilla que hasta seduce a extranjeros embobados. La propaganda es a base de literatura sugerente, de pósters impactantes y de películas y documentales exaltando la lucha contra el antiguo dictador huido. El partido revolucionario, que es el único permitido (¿para qué otros si él es el mejor y el que lo resuelve todo?) pinta de color de rosa (o de rojo) la situación de miseria general, miseria que desemboca de nuevo, y más que nunca, en la prostitución.
Imagínate que pasan años. Pero la economía del lugar sigue estancada, sea por la ineptitud de los gobernantes y/o por la falta de alicientes en una población de funcionarios aletargados. Pero eso sí, hay una posibilidad (solo una) de progreso personal: la de colaborar con el partido único escalando puestos relevantes dentro de él.
Y para acabar imagínate ya el colmo: que después de años y años de sufrimiento y no pudiéndose soportar más el estancamiento económico ni la indignación popular creciente, se opta al fin por la rectificación de una vez por todas: se permite la vuelta a la propiedad privada y a los negocios particulares pero sin devolver nada de lo expropiado a los antiguos propietarios sino convirtiendo en tales ni más ni menos que a los revolucionarios, a sus herederos y allegados, que se convierten en la nueva clase de los ricos dirigentes. ¿Te has imaginado todo esto? Pues perfecto. Ahora ya sabes lo que es la estafa revolucionaria.
7 comentarios
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al sr.Pere Font,de imaginacion calenturienta y `partidista,le recomendaria,si no lo ha hecho,que visitase ,los paises centro y sudamericanos,y podria imaginar in situ como vivo la mayoria del pueblo llano,en los supuestos paises democraticos.A Vd.señor Font,no se le adivina,se le ve el plumero
Se le ha olvidado que como partido único (cero oposición) y a pesar de unas obligadas votaciones no hay forma de derrocar los democraticamente. Su fuerza radica en las armas y los arribistas, que a pesar de no estar de acuerdo, las manejan subidos en moto. Si no colaboran no hay prebendas. El pueblo solicita alimentos, medicinas, etc. (pero no llegan de los países que les mantienen embargos), al no tener solución emigran de su país natal para que otros países les solucionemos su día a día, con titulaciones no reconocidas y que les de acceso a la SS y ayuda economica que remiten a los familiares. No hace falta decir a qué países me refiero, supongo que los comentaristas que no están de acuerdo no se verán reflejados por el adoctrinamiento del caos por el caos para conseguir el poder.
No creo que este señor se pueda buscar la vida como historiador; tal vez como cuenta cuentos infantiles... tampoco creo que sea necesario extenderse mucho con esto y basta con ver cómo ignora intencionadamente y por completo a toda la comunidad internacional involucrada. Es sencillamente repugnante: por la manipulación simplista e infantil; pero lo es sobretodo porque habla de estafas revolucionarias y reduce los logros a un plaro de arroz, mientras guarda un silencio cómplice, abrumadoramente vergonzante, sobre los ideólogos y grandes estafadores del ascensor social y de la meritocracia en las sociedades capitalistas, cada día que pasa, más desiguales, mas elitistas, más salvajes y deshumanizadas: su mundo/estafa ideal. Este artículo es un insulto integral a todo aquello que nos diferencia del resto de animales.
¿Hablar de estafa, hablas de esperanza y libertad? Esperanza nunca debe ser olvidada.
Llàstima, Pere Font, que hagis amagat es bloqueig comercial d'una superpotència mundial, entre d'altres qüestions, per, com a mínim, dissimular una micona es partidisme. No se pot voler definir una estafa revolucionària des de sa subjectivitat sense caure en s'adoctrinament.
Sí, las dos caras. Con suerte, esperanza tuvo suerte y escapó de la tiranía y encontró la libertad.
Ahora imagínese un Estado en el que puedes hacer botellones salvajes a tope de Covid con la policía mirando para otro lado, pero te ponen una multa por señalar colillas con tizas de colores. Y ahora pronuncie la palabra España.