El fanatismo está matando esta política de emociones. Los progres están de subidón tras sus congresos de fin de semana y el PP renueva juntas locales con la ilusión de ser aquel partido que Cañellas y Matas gestionaron desde el olimpo de los votos (hasta el punto de que una desconocida profesora de universidad podía conseguir más de setenta mil votos en Palma). Aplausos, liderazgo y victorias futuras son el escenario perfecto para las nuevas formas de ego transformadas en tuits, posts de Facebook y selfies. Porque la virtualidad ha supuesto una mayor degeneración de la política, ha supuesto el alejamiento real de nuestros representantes que lanzando mensajes en redes ya entienden cubierto el expediente de dar explicaciones. En esta política de enfrentamiento y odio es imposible llegar a consensos y también es utópico alabar medidas que no correspondan al propio partido. Tampoco son aceptables, y son considerados enemigos, aquellos ciudadanos con ideas y medidas que correspondan a diversos partidos e ideologías. Esta política solo permite un único carné y unos únicos amigos.
Esta política desde el asco
Palma02/12/21 3:59
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1 comentario
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LO PEOR......El ODIO que se ha sembrado entre la POBLACION de uno y otro lado del espectro político... y ...EXISTEN RESPONSABLES.... (NO LO OLVIDEMOS)