En el pórtico de la Gloria de Santiago, el maestro Mateo, con nombre de apóstol, consiguió que los setenta ancianos del Apocalipsis tocaran al unísono el mismo salmo de subida a la Jerusalén celestial. Aquella escena inmortalizada en piedra fue el precedente de la que tuvo lugar la semana pasada en el Parlament balear cuando Thomàs el maestro de cámara, otrora apostólico, evitó que sus diputados tuvieran que tocar la misma sintonía, la de los sueldos de sus señorías. Por suerte, la gloria del pórtico del Parlament no tuvo que quedarse de piedra compostelana al ver que su voto podía ser el mismo que el de los músicos más populares. Ellos, por su parte, ya habían afinado sus artefactos musicales cuando se aprobaron las canciones de los Presupuestos. Y mientras los instrumentos de percusión de Podemos podían tocar en clave de Sí a la subida de sueldos, los populares de viento ya lo habían hecho en clave de No.
El pórtico de la Gloria balear
Palma18/01/22 3:59
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