La semana pasada, la revista Lecturas publicó unas fotografías de Iñaki Urdangarin cogido de la mano de Ainhoa Armentia, mujer aún casada y más joven en edad que el demérito Urdangarin. La noticia ha corrido como la pólvora pero de todos era sabido que el delincuente que tenía por esposo la infanta Cristina era un picaflor con un amplio historial amoroso por no llamarlo licencioso, como su ya exsuegro el Borbón emérito. Siempre he sido de la opinión de que los personajes de sangre real deben casarse con gente de su mismo nivel y condición, pues eso de juntar plebeyos o plebeyas, con gente de la realeza, por lo general suele ser una mala unión. Y a las pruebas me remito, desde una lady Di con el príncipe Carlos, a una Sarah Ferguson con Andrés de Inglaterra, pasando por la pobre enamorada hasta las trancas de doña Cristina, o doña Elena con el draculiano Marichalar. Y es que el amor suele ser ciego.
El demérito de Iñaki Urdangarin
Palma01/02/22 3:59
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