Nunca me gustó ese señor. Su aspecto de personaje bajito e inofensivo no me inspiraba confianza. Quizás fuese su mirada. Los ojos de alguien dicen mucho, a menudo explican lo que la boca calla. Me recordaba a Charlot, pero no al tierno, melancólico y enamorado de Candilejas, sino al Charles Chaplin despiadadamente sátiro de El gran dictador, en una película que se convierte en parodia del nazismo.
José María Aznar hizo una conferencia en el Círculo Ecuestre de Madrid. Se titulaba: ‘Agendas cruzadas: Madrid-Barcelona'. No es difícil imaginar sus palabras: atacó duramente el independentismo, apeló a las leyes y a la Constitución como algo inamovible por los siglos de los siglos, una especie de yugo eterno… Me pregunto si alguien le habrá explicado que en España ha habido diferentes Constituciones, que las leyes sirven para mejorar la convivencia entre las personas pero no para subyugarlas y que ser flexible acaba dando buenos resultados en esta vida. Además Aznar repitió aquella gran frase, tan rimbombante como absurda, de que «Catalunya será con España o no será».
El catalán, por ejemplo
Palma21/02/22 3:59
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