Durante el Mundial de Rusia 2018 Maradona, traje negro, pajarita grande y amarilla, se hizo un selfie con Putin en un encuentro en el que al sátrapa ruso se le nota ciertamente perdido y sonrojado. Lleva una copa de champán en la mano que balancea vacilante, sonríe tímidamente y escucha atentamente la traducción que le hacen a la oreja de lo que el astro del fútbol va comentando con algarabía y corazón de maestro de ceremonias. La voz algo dipsómana o, tal vez, la que le quedó tras tantas historias raras y vertiginosas. Maradona le aferra la mano delicadamente y le dice que los chicos, refiriéndose a los célebres jugadores congregados a su alrededor, en particular a Ronaldo que es muy tímido, no se atreven a pedirle una foto. Tras el selfie, del que forma parte Carles Pujol situado detrás del mandatario ruso, no sabemos lo que sucedió.
Reputín del orto
Palma08/03/22 3:59
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