El planteamiento dirigido a entender y buscar estrategias para la resolución de la guerra de Ucrania, adolece del mal habitual de Occidente, su ensimismamiento. La creencia de que el mundo es sólo y exclusivamente occidental. Hay un cambio total de paradigma. Occidente sólo representa un tercio de la humanidad. Sólo China e India son cuantitativamente mayores que todo Occidente. La globalización ha permitido que los países emergentes hayan realizado cambios tan profundos a la vez que generado una dependencia occidental hacia ellos, absoluta. Ya no tenemos la dominancia de las épocas colonialistas europeas de siglos pasados, ni siquiera la del imperialismo americano.
Estamos en decadencia y nos cuesta asumirlo. Nos faltan recursos naturales. Dependemos absolutamente de la gran fábrica mundial llamada China. Esta, ha hecho acopio de poder económico y ha comprado medio mundo. Ya pide a países árabes para pagar en yuanes en lugar de dólares. Ha generado tecnología y ciencia propia que en poco tiempo la convertirán en la primera potencia mundial. En cultura, religión y valores, viven otro mundo. Rusia no se atrevería a realizar la destrucción de Ucrania sin el visto bueno encubierto de China. USA ya no es el gendarme mundial. Ha fracasado en Vietnam, Afganistán e Irak.
La nueva relación de China y Rusia todavía no la hemos interiorizado. Ahora son socios en geo estrategia. China ha firmado contratos de gas con Rusia para abastecer sus múltiples factorías. Hay un nuevo orden. O lo entendemos o tendremos problemas serios.
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