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Para llegar a la Moncloa y mantenerse en ella, el presidente Sánchez se ha valido de dos armas esenciales: la Justicia y la propaganda. Y en ambas, ha usado la mentira como munición. El juez De Prada le ayudó a descabalgar al presidente Rajoy. A su ministra de Justicia, Delgado, hoy fiscal general del Estado, la utiliza como el instrumento que hace orbitar a los tribunales como satélites a su servicio, en una muestra del desprecio que el presidente tiene por la independencia judicial. Ella es leal al dedo que la designó, aun a costa de perder toda consideración a los principios y al Derecho. A veces, también, al decoro.

En cuanto al desdén que le merece el poder Legislativo se ha comprobado en el ‘caso Pegasus', con el sometimiento del Congreso a sus intereses, malversando el poder y traficando con votos en beneficio propio. Aunque fuera cediendo al chantaje, claudicando ante quienes se declaran enemigos de España, permitiéndoles entrar en las tripas del CNI. De esta forma nos ha humillado a todos los españoles. Sánchez ha puesto en evidencia la esquizofrenia que entraña su Gobierno, al introducir en el poder del Estado a los mayores enemigos de ese Estado, esos que el mismo Estado se ve en la necesidad de vigilar.

Gran parte de los medios escritos y casi todas las televisiones forman la Acorazada propagandística que nos pinta una extrema derecha no compatible con la democracia, mientras Sánchez gobierna con el respaldo de enemigos del liberalismo y de la OTAN, y con el respaldo de golpistas xenófobos y secesionistas. Tan potente se muestra ese aparato, que ha hecho creer que su partido es el centro izquierda y el «espacio» de Yolanda, la izquierda. La extrema derecha es Vox, la extrema izquierda no existe. Los distintos activistas mediáticos, en twitter y demás terminales de las redes sociales, se aprestan a diario a ocultar las noticias que pueden perjudicar al Gobierno y a magnificar las que pueden perjudicar a la derecha. El periodismo se degrada manoseando los viejos eslóganes con los que desprestigiar al PP para presentarlo como un riesgo para España si llega a gobernar con Vox. Pero la derecha no representa ningún peligro para la democracia. Al contrario, Pedro. El peligro eres tú.