El tufo machista que desprenden los comentarios vertidos, tanto desde el PP como por determinados medios de comunicación, sobre el viaje oficial de Irene Montero a la Casa Blanca no posee mayor motivación que crear controversia, cizaña y manipular a la opinión pública. Se suelta un bulo que se va repitiendo hasta la saciedad en la televisión y al final suena bastante creíble para la gran masa, que no se presta a cuestionar los detalles, que aquello no fue más que un viaje de placer a costa de nuestros bolsillos con el objeto de plasmarlo en Instagram.
Es un golpe de lo más burdo como dice Ferreras en el audio con Villarejo aludiendo a Pablo Iglesias. Tampoco estoy de acuerdo en la réplica que se difundió desde Podemos sobre el paseo en barco de Feijóo y su colega narcotraficante, más teniendo en cuenta que es de los 90. En el pasado se puede haber tenido amistades que luego siguieron unos derroteros no muy higiénicos y adecuados. Puede que haya instantáneas de aquellos momentos pero eso no significa que supieras o comulgaras con su proceder. Amistades sobre las cuales los demás se referían con un: ¿sabes qué hace, no? Y qué le ibas a hacer, uno no puede jugar a controlar los actos de los demás.
Es lógico que se genere toda esta polémica porque Feijóo se ha convertido en la primera espada del PP y siempre se hurga en los cajones para sacar los trapos sucios, pero transcurridos más de veinte años y liderando la oposición es previsible que haya cambiado de amistades. Volviendo al audio Villarejo-Ferreras, independientemente de que fuera o no antes de que Inda diera voz a ese bulo, no se entiende muy bien como alguien que es periodista y califica como burdo el asunto afirme aún que va con ello.
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