En la Rioja, al norte de España, en un valle que compite en colorido con la Toscana, se encuentra la cuna de la lengua española y, también, según cierta tradición, de la vasca. He tenido ocasión de visitar el lugar en numerosas ocasiones. San Millán de la Cogolla, en particular; donde se encuentran los monasterios de Yuso, o de abajo, considerado el Escorial de la Rioja y de Suso; del latín sursum, arriba; entre cuyos muros se gestó el primer texto en lenguas castellana y vasca: las Glosas Emilianenses. Unas cien redactadas en romance riojano y dos en vascuence. Constituyendo estas, supuestamente, el primer testimonio escrito conocido de euskera. En aquel ambiente monástico, escribió sus versos el primer poeta de la literatura hispana, Gonzalo de Berceo:
«Quiero fer una prosa en roman paladino,/ en qual suele el pueblo fablar a su vecino;/ca non so tal letrado por fer otro latino,/bien valdrá, commo creo, un vaso de bon vino».
San Millán y el euskera
Palma29/07/22 3:59
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