La ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, ha hecho hace unos días el ridículo más espantoso a cuenta de la mascarilla.
El jueves por la mañana, en el Congreso de los Diputados, anunciaba el fin de su obligatoriedad en los aviones, lo que supuso que muchas personas que iban a coger un vuelo ese día llegasen al aeropuerto convencidos de que ya no era necesaria, pero no, el propio Gobierno, del que Sánchez forma parte, lo desmentía de forma tajante poco después, lo que demuestra la descoordinación en el seno del Ejecutivo y del que esta situación surrealista es una prueba más.
Desde ese día, he leído auténticas aberraciones de los licenciados en redes sociales, quienes cuentan de forma pormenorizada los gravísimos problemas para la salud que supone mantenerla puesta durante ocho horas y claman por su eliminación definitiva, aludiendo a «criterios científicos». Es una polémica superada que ahora, gracias a nuestros gobernantes, vuelve al primer plano de la actualidad y visibiliza las incoherencias de unos y otros.
4 comentarios
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Nadie se muere por llevar mascarilla (algún caso habrá claro). Muchos profesionales (quirófanos, operarios en maquinaria o productos tóxicos, etc) se pasan horas y horas de su vida con mascarilla. Servir algo sirve, en Asia hace años que la gente la lleva para evitar en lo que pueden contaminación, contagios de virus y bacterias varias... Es una barrera física que algo parará. La pregunta es si tiene sentido llevar mascarilla en un autobús o un avión y no en un concierto o una discoteca. La respuesta es que ningún sentido tiene. Por tanto dejen de dar por saco con las mascarillas. Que la lleve quien quiera. Obligar a llevarla es una simple decisión política (no sanitaria) para seguir mostrando el poder del Estado a los borregos.
RemcoAl igual que los sindicatos, por ejemplo comprados, opinarán cuando desde arriba se les diga y punto. No saben, no conocen, no investigan, siguen las directrices desde arriba y a callar.
Por una parte, me gustaría saber qué opina el Colegio de Médicos y algunas instituciones sanitarias, que tendrán una visión menos circense que la de las instituciones. A la vez, también podrían aprovechar para explicar qué les parece que en algunos sitios sea totalmente obligatoria y en otros (conciertos no al aire libre, fiestas con aglomeraciones en carpas, centros de trabajo, eventos en edificios, auditorios interiores, etc.) no. Me interesa saber qué opinan de esta incoherencia y por qué existe debate, pero ejemplo, en los aviones, y no en los conciertos en auditorios. Y no me vale los que están al aire libre.
Sin duda es MOLESTA...sin duda puede dar algunos problemas...PERO FUNCIONA... (Miren los muertos semanales...eso no ha pasado)