El mundo actual es absolutamente agotador. Nuestros antepasados se consumían durante catorce horas diarias en una mina, semanas o meses en el mar, estación tras estación arando la tierra para extraerle su esquiva riqueza. Pero seguramente no tenían tantas estupideces en la cabeza. Al margen de los sermones repetitivos del cura del pueblo y alguna perorata pesada por parte de la suegra, sus cerebros apenas recibirían más inputs molestos. Quizá su vida estaba arropada por el sonido de las olas, los pájaros, el ladrido del perro de casa y el alborozo de los muchos críos que tenían. Se ahorraban la contaminación acústica, medioambiental y, sobre todo, mediática. No idealicemos el pasado, pero miremos con espíritu crítico el presente.
Las ‘tote bags'
Palma26/09/22 3:59
También en Opinión
- Cuatro años viviendo en una caseta de un parque municipal
- Descubre la planta ideal que te ayudará a dormir toda la noche del tirón
- Un mallorquín buscado por la Europol: la detención clave para resolver el atentado al expolítico Vidal-Quadras en Madrid
- El profesor condenado: «Si supiera de mí lo único que sale en los medios, yo también estaría preocupado»
- La nueva (y molesta) moda que se extiende por Mallorca
2 comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
EXCELENTE.... Gracias
Posar el teu granet d'arena a la causa