Ni el PP promueve la cultura de la violación, ni Bildu es un partido filoetarra, ni el Gobierno de Sánchez es ilegítimo, ni Irene Montero carece de cualquier conocimiento que no sea el de la estructura carnal de su marido. Sin embargo, todas esas atrocidades y más se expelen en el lugar donde no sólo se supone que reside la soberanía popular, sino donde, por ser la palabra el instrumento de que sus miembros disponen, más debería cuidarse esa herramienta superior. Que Vox, un partido abonado a la provocación, profiera en cada una de las intervenciones parlamentarias de los suyos toda clase de salvajadas, es algo que debería atajarse con la firme determinación de la presidencia de la Cámara de no permitirlas en modo alguno, pero, ¿qué puede hacer Batet si ese tósigo macarra del insulto y la calumnia acaba envenenando absolutamente la atmósfera del hemiciclo?
¿Parlamento o muladar?
Palma02/12/22 0:29
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1 comentario
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No, de ninguna manera para provocación la de la MONTERO señalando con el dedo y desde su escaño a medio hemiciclo y diciendo FACHAS. Pero esto, que yo vi , lo callan o no lo critican. No puede ser que desde hace décadas la derecha recule para evitar conflictos y que la IZQUIERDA no se sepa parar de perseguirlos