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El pasado lunes 13 de marzo se cumplieron diez años desde el nombramiento, por el Colegio Cardenalicio, del cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio como Papa de toda la Iglesia católica, y subrayo toda, porque ello no transcurre sin resistencias, como él mismo afirma y dice: si no hubiera resistencias no serían fruto las cosas de hombres maduros. Desde el primer momento, y pese a la explícita demostración de hermandad por parte de su antecesor, desde los primeros días se le intentó enfrentar al papa Benedicto XVI. Hoy, tras su fallecimiento, ello se muestra en todo su absurdo.    En declaraciones concedidas a Daniel Hadad cuenta que le regalaron un móvil y lo devolvió. Nunca ha tenido móvil. Tuvo una máquina de escribir cuando estudiaba en Alemania, se la llevó a Argentina y ahora escribe a mano. Sobre la guerra declara nos duele la guerra de Ucrania porque la tenemos al lado pero el mundo está en guerra desde hace, al menos, un siglo. Si no se fabricaran armas se acabaría el hambre en el mundo. Sobre la despenalización del tráfico de drogas opina: No. Las drogas destruyen al hombre. Sobre el matrimonio entre dos personas del mismo sexo la Iglesia no lo aprueba, sobre la homosexualidad: lo malo no es la inclinación, lo malo es la práctica. Francisco eligió el nombre del Santo de Asís      porque San Francisco fue pobre. Alguna vez ha dicho «¡Como quisiera yo una Iglesia pobre!» ¿Cómo se imagina la muerte? Como una gran luz y el abrazo feliz con Cristo. Solo pide un final lúcido, sentirla venir. A una persona se la puede definir de muchas maneras y una de las que caracteriza a Francisco es la cercanía, la espontaneidad, la simpatía. Dios te bendiga, Francisco y nos conceda muchos años bajo tu sabia dirección.