26/03/23 0:29
El presidente de Castilla y León, el inefable Alfonso Fernández Mañueco, hace una peineta mientras abandona el pleno de las Cortes durante la intervención de una procuradora socialista y se excusa con que ha sido un gesto involuntario. Por supuesto, un gesto involuntario de su propio dedo que se alza en un acto reflejo cuando alguien expone iniciativas de ayudas, como en esta ocasión, a las personas celíacas. Ciertamente con gestos así el mismo se retrata, quizás lo suyo sería que en vez de asistir a los plenos lo llevasen a una escuela de protocolo que le enseñase a actuar con decoro y elegancia. Pero, claro, pedimos peras al olmo y cuando uno ha nacido con alma circense estos gestos teóricamente involuntarios no se pueden frenar.
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