TW
0

Cada año por estas fechas nos llega una noticia esperadísima y reconfortante que nos confirma que este año (también) Balears lidera las reservas turísticas para Semana Santa, si la comparamos con el resto de destinos vacacionales españoles. Se nos pone a todos una sonrisa de oreja a oreja (a algunos, incluso, se les cae la baba o se les eriza la piel) y, desde el momento en que los telediarios y la prensa largan la buenanueva, un halo de felicidad recubre nuestros cuerpos (y almas). Ya podemos respirar tranquilos, dormir –como Paco Martínez Soria– con una pierna en Francia y otra en Inglaterra y soñar en el futuro más cercano, con una satisfacción que no nos cabe en el pecho y esa familiar sensación de tranquilidad que nos invade al pensar que no tenemos que preocuparnos por nada. El alivio propiamente dicho. Esta noticia viene a recordarnos que además seremos líderes en creación de puestos de trabajo –un trabajo de los más deseados por miles de hombres y mujeres del planeta y que consiste en servir al prójimo con    bondad y paciencia de santo–. La idea de que los touroperadores alemanes y las aerolíneas españolas coincidan en expresar su optimismo y de que los hoteleros ya se estén frotando las manos ante tanta prosperidad nos permite, a todos sin excepción, salir de casa con una alegría desbordante. Puesto que si los hoteleros son felices, nosotros también lo seremos. Cómo me gusta ser una habitante de tan paradisíaco lugar. Creo que voy a salir de fiesta y a correr arriba y abajo por las avenidas cantando y bailando como si fuera una figurante de La La Land… El alivio que siento no me deja estar quieta en la silla de mi escritorio. Es que estoy escribiendo esto y me muero de contento.