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Las ocurrencias del Caudillo Sánchez premiando a agitadores y vendiendo un relato de mayor perfil político nos han llevado a un médico agitador de ministra de Sanidad, cuyo único mérito es haber movilizado a una parte de sus acólitos políticos con el resultado conocido. Ella en su nube de fantasía creyó que ganaría las elecciones de Madrid, el resultado fue patético para sus intereses. Derrota humillante y mayoría para Ayuso. Desde la añorada Pastor no hemos tenido un ministro que sepa del sector y trabaje para todos y no sólo para intereses de Moncloa. Los últimos ministros desde Illa un Licenciado en Filosofía, que ya vimos cómo gestionó la pandemia, siempre por detrás de los acontecimiento y trasladando a la Comunidades su gestión sin dinero y con sus ocurrencias habituales. La que la se sustituyó anodina y trabajando para su regreso a Canarias. Ahora hay que darle cien días, aunque con preocupación. Guerra a lo concertado y a la privada. Debe entender que sin ellos el Sistema cae. La idea de transferir los MIR a las Comunidades es un error gravísimo que ya ha puesto en pie de guerra a sindicados, colegios médicos y a todos los que saben de esto. Parece que han reculado, pero estaremos vigilantes, no es de fiar. Las funciones de un ministro son coordinar Programas de Prevención precisos. Diálogo permanente con las Comunidades para detectar necesidades y fallos. Adecuar las trasferencias de recursos especialmente económicos. No transferir programas sin dotación económica. Planificar. Y sobre todo no abdicar de sus funciones reales. Las listas de espera impresentables y las demoras en especialidades por falta de especialistas y porque los hospitales asumen competencias no previstas y realidades distintas en las Comunidades. En Baleares tenemos un alud de inmigración irregular y también regulada, con una población flotante en meses de afluencia turística, si no le dota de recursos y esto es competencia del Ministerio. Se deben crear mecanismos a la no asistencia a las consultas; ello representa cifras muy altas que imposibilitan la consulta. Crear un plan estatal para la Salud Mental, ello es su competencia y no se realiza. Promesas. Eludir responsabilidades y pasar el muerto a las Comunidades es su trabajo y pavonear con promesas que no se cumplen. Trabajar con equidistancia sin crear conflictos por marginar a las Comunidades con Gobiernos no afines en la Conferencia Sectorial de Comunidades. Veremos.