En España se nota bien la inflación cuando uno va al supermercado y no digamos en Argentina. Otra suerte tuvimos los españoles que nacimos en los sesenta (cuando no había cambio climático, ni inflación y había agricultura e industria). Generalizando (creo que lo que digo es verdad o me pareció vivirlo) hemos tenido hasta casi ahorita una andadura suave, con una excelente sanidad pública y un estado de bienestar más que potable, incluso el lujo de épocas de mucha creatividad verdadera (no impostada) y tolerancia social, como la famosa Movida, y unos padres (Pedro Antonio y Tomasa) que tuvieron que hacer muchos esfuerzos para sacarnos adelante, con perseverancia e imaginación máxima. A contrarias, veo yo, que ahora estamos en un mundo más que revuelto y pocos pensaban que de sopetón las tecnología, la escala de valores y la educación iba a cambiar de una forma tan tajante, radical, absoluta nuestras vidas, para ir, sin duda, a unos caminos muy inciertos.
«Hay que reducir la cena»
Palma06/12/23 0:29
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2 comentarios
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Així és, però tranquils que la banca, touroperadors, hotelers, AENA, immobiliàries i demés buitres han fet beneficis rècord
Miedos? Miedo en Ucrania ,Gaza.... y pesimismo de barra no hace falta.