TW
5

El motivo de esta aportación constructiva es ser útil para una causa común. Tengo una veneración por la OCB, especialmente con los últimos presidentes. Su labor es imprescindible para articular respuestas no políticas, sino de la sociedad civil, al igual que el GOB y otros. Son mecanismos de corrección para la gestión de los políticos, habitualmente distraídos por la gestión diaria y las estrategias de los partidos. La defensa no sólo de la lengua sino de lo mas importante, el factor identitario. Pero ello se consigue sin la participación de los partidos políticos. Si ellos meten la cuchara habitualmente, pierdes contenido y libertad. La puesta en escena del último acto de OCB fue muy positivo, pero en mi opinión con errores estratégicos en la puesta en escena. La foto ilustrativa que pude ver gracias a este periódico enseña el porqué la OCB no logra conseguir ser aceptada y querida por la sociedad mallorquina. En la imagen estaban en primera fila los partidos políticos. Ellos no son los artífices ni tienen nada que ver con OCB, o mejor dicho no deberían. Los importantes son la junta directiva y los representantes de los pueblos. Hace unos meses fui invitado a dar una conferencia coloquio en la OCB de Manacor. Fue entrañable cómo me recibieron y el debate fue en mi opinión muy constructivo y enriquecedor. Estos son los de la primera fila. Después, un detalle que a muchos puede pasar desapercibido, pero a mí me dolió. Había un montón de señeras catalanas y ninguna mallorquina. Mientras no entiendan que deben realizar un esfuerzo de transversalidad donde todos podamos sentirnos representados no serán la OCB de toda la sociedad civil. El catalanismo mallorquín representa sólo una diez por cien de la sociedad por tanto no puede ser trascendente. Deben asumir que «Volem comandar a ca nostra». No ser una sucursal de la Generalitat. El catalanismo debe asumir que son cuantitativamente pocos y que deben respetar las mayorías mallorquinas y las otras islas de nuestro pequeño país.

Así mismo, como última reflexión, me gustaría que entendieran que la lengua es sólo una parte que debe preservarse de nuestro patrimonio. Lo trascendente son los valores. La torre de babel mallorquina sin controles, sin obligaciones para la inmigración, sin el deber de aceptar que nuestra cultura deben asumirla, no construir una sociedad de guetos, de distintas nacionalidades que no sienten nada nuestro como suyo. Ello nos está llevando a la pérdida de identidad. Analicen las obligaciones de naciones europeos para residir en ellos como inmigrante.