Palma26/02/24 0:30
La gente se ha vuelto demasiado impaciente. La mayoría son incapaces de esperar. Escriben un wasap y si la respuesta no es inmediata, se les llevan todos los diablos. Yo viví una adolescencia en la que te carteabas con las amigas y con los novios. Una carta tardaba tiempo en escribirse. Te permitías el tiempo necesario para buscar las frases que querías decirle al otro, las expresiones, el mensaje que te salía del alma. Había que conseguir sobre, papel, sello y bolígrafo. Anotar el nombre y la dirección con letra clara. No olvidarse de añadir el remitente, porque a veces las cartas se perdían. Esa posibilidad daba un poco de miedo, puesto que hay mensajes importantes, que no pueden desaparecer sin llegar a su destino.
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