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Manual de resistencia es el título del libro del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el que él mismo expone cómo fue capaz de superar elementos muy adversos. Uno de ellos fue ganar unas primarias al aparato de su partido. El otro es inédito hasta ese momento en España: superar una moción de censura. El hoy denostado José Luis Ábalos fue fundamental en esos hitos; conoce las claves de la resistencia, tanto que ahora se las está aplicando a sí mismo.

El que fuera mano derecha de Sánchez –lo nombró secretario de Organización del PSOE y ministro– desempeñó un papel clave en el resurgir del actual líder socialista. Cuando Sánchez fue decapitado por su propio partido, ya que se negó a abstenerse para investir presidente del Gobierno a Mariano Rajoy, Ábalos fue uno de los pocos que le insistieron para que aceptase el reto de conseguir lo que parecía un imposible: ganar las primarias del PSOE con todo el aparato en contra.

De aquella confianza ya no queda nada y Sánchez ha decidido utilizar a Ábalos como cortafuegos en el ‘caso mascarillas’, en el que se investiga el cobro ilegal de comisiones durante los momentos más duros de la pandemia. Uno de los cabecillas de esta trama es Koldo García, al que el presidente del Gobierno agradece en su libro que custodiase durante dos días los avales de las primarias, ya que temía juego sucio por parte del equipo de su rival Susana Díaz. Koldo García ascendió como la espuma, pese a carecer de formación y tener dos condenas: llegó a ser asesor del ministro Ábalos y consejero de Renfe.

De momento, el exministro se aplica el manual del que fuera su amigo y resiste: se ha negado a entregar su acta de diputado, como le ha pedido la dirección del PSOE, y ha pasado al grupo mixto. ¿Resistirá?