En los últimos tiempos, Marruecos y España han contemplado cómo la vastedad del Mediterráneo y la inmensidad del Atlántico, históricamente marcados en sus horizontes, están cobrando una nueva relevancia. Un cambio notable está transformando la percepción de sus fronteras geográficas y geopolíticas. Nos encontramos en un momento crucial donde el Atlántico emerge como un actor fundamental en el escenario geopolítico global, despertando no solo la conciencia sobre su importancia estratégica, sino también prometiendo alterar dinámicas regionales y mundiales como nunca antes.
En este escenario, la Asociación para la Cooperación Atlántica se erige como un foro multilateral de vital importancia. Reúne a países costeros del Atlántico de África, Europa, América del Norte, América del Sur y el Caribe, con el propósito de resolver problemas de manera colectiva y defender principios compartidos para la cooperación atlántica.
Desde su lanzamiento, la Asociación ha abordado una amplia gama de temas, desde la seguridad alimentaria hasta la conservación de los recursos marinos, e incluso la búsqueda de herramientas de financiación innovadoras. La participación activa de los Estados miembros demuestra un firme compromiso con la colaboración y el intercambio de conocimientos.
Marruecos sobresale como una voz destacada en esta asociación. Para el país, la cultura atlántica en su política exterior tiene un peso considerable y ocupa un lugar central en su pensamiento geoestratégico. La propuesta marroquí de África Atlántica, lanzada en noviembre de 2023, busca promover la interconexión continental y crear un corredor económico que una el África atlántica con los hemisferios norte y oeste, facilitando el acceso de los países del Sahel al océano Atlántico.
Esta iniciativa no solo busca impulsar el desarrollo económico y social de los países costeros del Atlántico, sino también fortalecer la identidad estratégica ‘afroatlántica' de Marruecos. Esto se refleja en los esfuerzos del país por desarrollar su fachada atlántica, mediante la construcción de infraestructuras portuarias, proyectos turísticos y una flota nacional de comercio marítimo fuerte y competitiva.
La presencia activa de España en esta asociación puede ser un gran impulso al papel europeo de la alianza, fortaleciendo así la colaboración transatlántica y fomentando una mayor integración regional.
Sin embargo, a pesar de las oportunidades prometedoras que ofrecen estas iniciativas para la colaboración regional, también se enfrentan a desafíos significativos. La coordinación entre los diferentes actores y la búsqueda de un equilibrio entre los intereses nacionales y regionales son aspectos clave que requieren atención continua. En última instancia, la colaboración en la Asociación para la Cooperación Atlántica y la propuesta marroquí de África Atlántica tienen el potencial de transformar la dinámica geopolítica regional y global, marcando un hito en la historia de la cooperación transatlántica.
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