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Vivimos tiempos complicados en la Medicina, la mezcla de los efectos de la pandemia, la injerencia de la tecnología y los cambios sociales han enrarecido el ambiente en los hospitales y en las consultas de toda la asistencia sanitaria, tanto pública como privada.

La evolución siempre es la misma, una tendencia a alejar al médico (y a todos los sanitarios) de los pacientes, con un pretexto en forma de profesionalidad y optimización de los recursos. Pero todo ello lleva a una sensación extraña, de trabajo mal hecho para los profesionales y de desatención para los pacientes. Todos parecen echar de menos la relación médico-paciente del pasado, estable, sólida y duradera. En realidad una relación que hace al sistema más eficiente y le ahorra exploraciones innecesarias: en un estudio reciente mostraba que el factor que más alarga de la vida de los pacientes es tener el mismo médico de Atención Primaria durante 15 años o más. Un dato muy significativo.
Recuperar la humanización en la asistencia sanitaria es fundamental, pone en valor la actividad del médico y es uno de los elementos fundamentales que diferencia a la Medicina de otras profesiones. Pero reforzar la Humanidad en el trato con los pacientes no sólo es fundamental para la profesión es que representa el futuro mismo de la profesión.

Los tiempos en que un buen médico es aquel que realiza bien una determinada técnica van camino de llegar a su fin. En poco tiempo las cirugías serán realizadas por robots, con toda la información acumulada de millones de intervenciones realizadas por humanos. No se cansan, no se fatigan, no necesitan dormir ni tienen problemas familiares. Harán mejor todas las técnicas, y paulatinamente las técnicas realizadas por humanos decaerán en Medicina, igual que lo han hecho en informática, en robótica o en las cadenas de montaje de la industria.

Pero quedará un ámbito en el que las inteligencias artificiales y los robots no podrán llegar al del confort en la relación persona-persona. El médico debe adaptarse para ser la persona que da confort al paciente, ser la persona que transmite las decisiones y el cuidado con los algoritmos que van a tomar muchas de ellas y, sobre todo, ser cercano, ser humano, ser Médico, escrito aquí con mayúsculas. Es esencial transmitir esto a los médicos en formación, hacerles saber la importancia de la parte humana de su labor, que sean conscientes de que el futuro de su profesión pasa por ser conscientes de esta parte de la profesión y estar cerca de sus pacientes, tratándolos con cariño no como una obligación, sino como una parte fundamental de su actividad.