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En el verano de 1936, el poeta gaditano Rafael Alberti tenía todas las papeletas para correr el mismo destino que Lorca. El golpe militar le cogió por casualidad de vacaciones en Ibiza y la isla se sumó a los rebeldes. Sin embargo, tuvo suerte: el comandante militar de la isla no quería matar a nadie. Sí que había detenciones arbitrarias de izquierdistas, pero se dio orden de que nadie fuera fusilado. Por si acaso, Alberti se tiró al monte junto a su mujer, la también escritora María Teresa León, y ambos sobrevivieron en una cueva durante 20 días. Así burlaron el arresto hasta que una expedición republicana los rescató el 8 de agosto. Diez días después sería asesinado en Granada su querido amigo Federico.

Cuando se proclamó el golpe el 19 de julio, Alberti tenía 34 años y ya era un escritor famoso en toda España. Su libro de poesía Marinero en tierra había obtenido el Premio Nacional de Literatura en 1925 y formaba parte de la llamada Generación del 27 con autores como Lorca, Cernuda y Aleixandre. Además, era un activo militante comunista junto a su mujer. Sabía que lo buscarían, así que se escondió con otros izquierdistas en un bosque junto a Platja d’en Bossa y el actual aeropuerto de Ibiza.

Mientras, en la isla tomaba el mando un comandante de Infantería catalán que estaba también de vacaciones con su familia. Aunque en Mallorca y Menorca se cometían ya numerosos asesinatos, Juli Mestre Martí se negó a seguir el ejemplo. El 7 de agosto de 1936, dos expediciones republicanas procedentes de Barcelona y Valencia le conminaron a rendirse, y él contestó: «Hasta ahora aquí no se ha derramado sangre alguna. A partir de este momento, se derramará la que usted quiera». Era un farol. Ni siquiera se enfrentó al desembarco que se produjo el día 8. Aunque tuvo la posibilidad de escapar en un barco inglés, prefirió quedarse y esconderse. Al final, se entregó a los milicianos para salvar la vida de sus tres hijos, a los que habían secuestrado. Fue sometido a un juicio sumarísimo sin garantías y fusilado.

Rafael Alberti y María Teresa León fueron liberados y, según el periodista Nicolás Ribas, intervinieron para detener el saqueo del patrimonio religioso en la iglesia de Santo Domingo y en la plaza de la Catedral de Ibiza. El día 11 volvieron a la Península y se convirtieron en unos de los principales propagandistas del bando republicano. Es famoso el ‘Romance de la defensa de Madrid’ de Alberti, el cual recitaba a los milicianos antes del combate: «Madrid, corazón de España, late con pulsos de fiebre. Si ayer la sangre hervía, hoy con más calor le hierve».

Alberti se exilió a Argentina y volvió tras la muerte de Franco. Llegó a ser elegido diputado por el Partido Comunista en 1977 y murió en 1999. María Teresa León murió en 1988. Desde 2021 hay una placa junto a su cueva de Ibiza que dice: «En esta cueva y por este bosque se refugiaron María Teresa León y Rafael Alberti durante casi tres semanas el verano de 1936, justo después del estallido de la Guerra Civil. ‘El monte estaba lleno de proscritos. Al anochecer, nos sentábamos a ver ensombrecerse la torre de la Sal Rossa, las barcas de regreso, la isla de Formentera en la lejanía cercana… Durante veinte días vivimos en el monte…».