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Me he dado cuenta de que cada verano escribo algún artículo inspirado en los consejos de belleza que inundan las páginas de todos los suplementos. Algunos son un auténtico clásico de las vacaciones, como el de los tratamientos para el pelo castigado por el sol y el cloro de las piscinas. O como las cremas para la piel hidratada y sin manchas. Recuerdo también haber escrito uno sobre la importancia del ph neutro y otro acerca de los beneficios del ácido hialurónico. En realidad no sabemos qué es todo esto, pero utilizamos los términos con gran soltura. Este año estoy viendo constantemente la recomendación de tomar caldo de huesos para gozar de una piel perfecta. El caldo de huesos es una excelente fuente de colágeno natural que mantiene la elasticidad y disminuye la aparición de las arrugas. Se trata de un fantástico remedio ancestral muy fácil de preparar. Como su nombre indica, solo se necesita poner a hervir, muy lentamente, huesos de pollo, de carne o de pescado. La cocción lenta permite extraer los nutrientes de los huesos, como el calcio o el magnesio. En realidad, este caldo es milagroso por sus múltiples beneficios, entre los que se encuentra la mejora de la mucosa intestinal y el fortalecimiento del sistema inmunológico. Una vez elaborado, se puede tomar directamente o también congelar para tener una buena sopa en invierno. Yo, la verdad, nunca he hervido huesos. Es que, de todas formas, no me lo podría tragar. Ha sido leer ‘caldo de huesos’ y venirme arcadas ancestrales. Me ha recordado a aquella vieja de los cuentos del Siglo de Oro que removía con el cucharón su cocido cuando un ladrón entró en su casa. Para hacer creer que no estaba sola, se puso a hablar con el brebaje: «Cuece olla, y cuece cebolla, contarte he de la noche de mi boda» y siguió relatando la historia: decía que no quería acostarse con el marido y que, por eso, empezó a gritar «¡acorredme, vecinos!». Entonces los vecinos oyeron sus gritos de socorro y fueron a atrapar al ladrón. Maravilloso cuento. Casi tanto como las ventajas de tomar el caldo. Bon profit!