Nos hemos hermanado con la ciudad francesa de Perpiñán -Perpinyà, si lo prefieres- capital del Rosselló. Palma y Perpiñán han utilizado la disculpa del setecientos aniversario de la muerte del rey Sanxo I de Mallorca, para estrechar lazos institucionales, culturales y sociales. La semana pasada se consumó el idilio. Los alcaldes recordaron los orígenes comunes de las dos localidades como justificación del hermanamiento. A la sombra del Reino de Mallorca, Perpiñán y Palma convirtieron su Edad Media en uno de los momentos de mayor esplendor histórico. Bravo por la iniciativa y enhorabuena por el objetivo alcanzado.
Desde el punto de vista político, los hermanamientos entre ciudades suelen ser habituales. No conozco ninguna ciudad que no esté hermanada con otra o con otras. Palma se acaba de hermanar con Perpiñán, pero muchos no sabrán que antes de Perpiñán nos habíamos hermanado con la alemana Düsseldorf, con las italianas Portofino, Bari y Alguero. Que también estamos hermanados con las poblaciones de ultramarinas Xalapa-Enríquez de México, la argentina Mar del Plata, la uruguaya Punta del Este y la norteamericana Santa Bárbara. Todas hermanadas con nosotros y nosotros con ellas por razones distintas y a la vez distantes, que van desde cuestiones históricas, culturales y comerciales hasta motivaciones políticas. Sin embargo y viendo las hermandades que teníamos y muchos no conocíamos, me pregunto: Para qué sirven estos hermanamientos. Cuál es la finalidad práctica de estas iniciativas locales. En qué afectan estas familiaridades a la ciudadanía de las localidades hermanadas. Tengo la impresión de que estamos ante meros ejercicios protocolarios de los que, pasado un tiempo, nadie recuerda algo. Quizás, como alguien propuso hace siglos, sería más práctico hermanarnos con todos los pueblos del mundo.
2 comentarios
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Els països catalans hem d'estar més units que mai. Sobretot perquè hi ha la intenció dels castellanistes de reescriure la nostra història
Sa nostra història és apassionant, hauríem de fer una sèrie amb bon pressupost per divulgar-la, però és sospitós, els catalanistes sempre eviten xerrar del reine de Mallorca, sa seva autèntica història i sa seva exterminació per part dels catalans. Es mallorquins podem fardar de ser es primers i MES nacionalistes e independentistes que ningú, durant 77 anys vàrem ser una petita gran nació i reine de Mallorca, quins temps MES gloriosos. Jo i els autèntics mallorquins sobiranistes no venuts a altres regions, aquest any celebram els 752 anys de sa creació del regne de Mallorca ( 1272-2022 ), any de sa nostra autèntica independència dels nostres colonitzadors i opressors catalans. Els autèntics mallorquins tenim es nostre propi día de l’independència, el 12 de septembre de 1.272, quan es nostre rei de Mallorca Jaume II va firmar sa carta de ses Franqueses escrita amb llengua occitana, per sa cual es constituia es reine de Mallorca, segons es testament del conqueridor Jaume I, però els seus hereus fexistes i bèsties tarades catalanistes mai aceptaren sa nostra independènica que ells ara tant reclamen i mai volgueren per Mallorca, i no aturaren de oprimirnos fins destruir sa nostra petita gran nació. Ells mai han pogut ni podràn celebrar el seu dia de l'independència, pobres criatures frustrades CATetas. MES memoria histórica. Vergonya cavallers, vergonya.