Soy periodista e hijo de periodista. Aunque mi padre hacía crónicas deportivas, de él heredé el interés por saber lo que pasa y de él aprendí la importancia de estar informado y la obligación de informar. Sin embargo, cada vez encuentro menos información general y más desinformación especializada en los medios de comunicación en sus diferentes soportes.
Un ejemplo. Este fin de semana -como de costumbre- he seguido las noticias a través de los medios tradicionales, prensa, informativos televisados y noticias radiofónicas. Confieso que me ha costado distinguir la noticia real de la información oportuna. Porque que sepas -por si no lo sabes- que en periodismo la oportunidad suele estar reñida con la actualidad. He calculado que el ochenta por cien de un informativo televisado de mediodía fin de semana, está cubierto por información política. Se habla de corrupción política, de desavenencias ideológicas, de insultos y enfrentamientos, de bulos y de bolas. Quienes nos gobiernan ocupan la mayor parte de la información convirtiendo nuestras vidas en irrelevantes.
Al arte de la política se ha añadido el de la puesta en escena. Poses, miradas, giros y expresiones son los nuevos ingredientes del discurso. Asesores de imagen, de vestuario, de peluquería configuran la imagen pública. Estamos a un paso que los políticos dejen de ser quienes nos representan a ser nosotros los que los representamos a ellos, de que nos defiendan a ser nosotros los que los defendamos a ellos.
Es como si solo nos quedase la información local, el periodismo de proximidad, aquello que todavía podemos ver con nuestros ojos y tocar con nuestras manos. Lo demás, el resto de las noticias, se están convirtiendo en oportunidades que aprovechan los profesionales de la política para uso y disfrute. Por suerte, siempre nos quedará Ultima Hora.
1 comentario
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De acuerdo, en general. Salut.