En esta Mallorca tan ansiada por tantos (y tan ricos), sobrevivir en ella requiere de unos ingresos cada vez más amplios. Es una conversación que tenía con un vecino: «Desde hace un tiempo he notado que aquí se vive tranquilo a partir de los 2.000 euros al mes». Esa es la cantidad mínima para que un individuo pueda llegar con cierta holgura y sin grandísimos lujos al día 31. Si de esa ecuación se elimina el concepto vivienda, entonces la alegría presupuestaria es aún más chispeante. Es decir, si no tienes que pagar techo, la vida te sonríe.
Un fenómeno que vengo observando en los últimos años es el incremento de personas pluriempleadas que buscan apaños para ganar un extra. Damos por sentado que los sueldos no se van a incrementar mucho más, así que se van buscando otros empleos. O como una vez me dijo alguien: «Ah, ¿pero tú no tienes rentas?». Porque ese es el secreto de muchos que vienen con cierta tranquilidad: tienen un piso alquilado y recibir cada mes 1.000 o 1.500 euros extra, además del salario, da para vivir bien en Mallorca. Mientras tanto, las botellas de aceite tienen puesto el dispositivo antirrobos y muchos tiran de la tarjeta de crédito porque ni hay paga extraordinaria. Después del Gordo de Navidad, ser dosmileurista es el sueño de muchos.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.