Lecturas recientes sobre este proceso de estrategias de desinformación, al que asistimos desde hace ya tiempo: un libro de la profesora Julia Cagé (Salvar los medios de comunicación, Anagrama) incide en la problemática, de forma contundente. La tesis de la expansión del bulo y de la mentira es exitosa: como indica Cagé, ¿estamos mejor o peor informados con ese alud copioso de noticias, argumentos, declaraciones, sin tener constancia exacta de si, realmente, obedecen a la realidad o al menos se aproximan a ella? El tema afecta a todos los ámbitos, incluyendo la ciencia y, también, la economía. Asistimos a ecosistemas cada vez más contaminados por noticias falsas, que se erigen en mensajes centrales que se convierten sorprendentemente en creíbles para mucha gente. Fijémonos, por ejemplo, en la idea que suele desprenderse en cuanto a la gestión económica. Esta, se reitera una y otra vez, es más eficiente si: es privada y no pública; es protagonizada por ideologías conservadoras.
Desinformándonos
08/12/24 4:00
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