Manuel Aguilera
Manuel Aguilera

Periodista y Doctor en historia

Lo mataron por llamarse como otro

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Un grupo de milicianos republicanos irrumpió en la cárcel de Maó el 18 de noviembre de 1936. Acababan de sufrir un bombardeo fascista y buscaban venganza. Exigieron a los guardias que les entregaran a dos presos para darles el paseo. Con el primero no hubo problemas, pero el segundo les planteó un dilema:
–Dadnos a Pedro Vila –ordenaron los milicianos.
–Tenemos dos con ese nombre. ¿A quién queréis?
–Bueno, pues... nos llevaremos a los dos.
Poco después, los tres fueron acribillados a balazos en las afueras. Este crimen sinsentido aparece en los libros de Deseado Mercadal y Juan José Negreira.
El preso que se llevaron solo por llamarse como el otro era Pedro Vila Fuxá, el cantinero de la fortaleza militar de La Mola, cuyo único delito era estar afiliado al partido Unión de Derechas. Era de Maó, tenía 58 años, estaba casado y era padre de ocho hijos. Un día de septiembre lo metieron en prisión por razones ideológicas y jamás hubiera esperado semejante final. El destino se cebó dramáticamente con él. Su cuerpo apareció en el muelle de Cala Figuera.
El preso al que sí iban a buscar se llamaba Pedro Vila Escobar y era un músico de Maó. Tocaba el clarinete y el violoncelo en la banda militar y en la orquesta del Teatre Principal. Cuando comenzó la guerra, tenía 38 años, estaba casado y era padre de tres hijos pequeños. Aunque suene imposible, no tenía ninguna relación con la derecha. Al revés, era un convencido antifascista y en las primeras semanas había sido escolta del izquierdista Pedro Marqués Barber, autoproclamado comandante militar de Menorca. Según Deseado Mercadal, todo «se debió a una venganza personal». «Murió puño en alto dando vivas a la República». Su cuerpo apareció tirado en la carretera a Es Castell.
A pesar de sus diferencias, ambos Pedro Vila fueron incluidos en el listado oficial de caídos y venerados por la dictadura.
Formaron parte de una de las mayores atrocidades de la Guerra Civil en Baleares, la llamada matanza del Atlante. El 18 de noviembre la aviación italiana de Palma bombardeó el puerto de Maó y asesinó a un marinero y a seis trabajadores menorquines que estaban construyendo un refugio en la base naval. La gente se manifestó exigiendo venganza y se desataron todos los infiernos. Varios líderes, entre ellos el agente estalinista Heriberto Quiñones, marido de Aurora Picornell, confeccionaron la lista de los condenados. En dos días fueron ejecutados sin juicio alguno 75 presos, la mayoría militares y sacerdotes. Casi todos fueron sacados del barco prisión Atlante, anclado en Cala Figuera, y ametrallados allí mismo. Algunos cuerpos se quedaron flotando hasta el día siguiente.
El actual profesor de Hotelería en la UIB Antonio Tudurí Vila es descendiente de Pedro Vila Fuxá. Compuso una canción a la hija del asesinado, su tía abuela Lucía Vila Victory, porque cargó con la pena toda su vida: «Perdió a su padre siendo niña e, incluso a sus 90 años, recuerdo cómo se le vislumbraba el sentimiento de dolor que este hecho le provocó a lo largo de toda su vida».