El monumento al Cardenal Antonio Despuig aparece con una pintadas en el rostro y en el lateral del bronce, lo que supone una inaceptable agresión a un elemento de nuestro patrimonio artístico. Es urgente controlar a los que atentan contra nuestro patrimonio, espray en mano, pero también es urgente que las instituciones dispongan ya de una vez de una brigada capaz de limpiar de agresiones pictóricas las obras de arte de nuestra ciudad.