El conferenciante advertía: «La ciudadanía en general está en una situación de perplejidad. Lo que noto hablando con la gente no son respuestas categóricas ni críticas negativos sino no saber, escepticismo y temor». Quizá eso explica por qué la sala de la Fundació Sa Nostra estaba llena y la puntualidad extrema del público. Búsqueda de respuestas. Naïr se explica a chorro. «Hablo demasiado», se disculpaba. Sin embargo, las preguntas se acumulaban en el turno de debate, moderado por la presentadora del acto, la profesora de Derecho Internacional de la UIB, Margalida Capellà. Antes, advertía la presentadora: «Invito a escucharlo atentamente porque puede dar claves para entender el presente y pensar en qué futuro queremos».
Así, durante toda su intervención, Naïr alternó reflexiones sobre la gravedad del momento y sobre los profundos desafíos e incertidumbres con invitaciones constantes a la acción de los ciudadanos. Confesó de inicio: «Soy una persona que ha luchado por Europa y una mejor Europa. Es un magnífico proyecto. Es un discurso a favor de que toda la ciudadanía Europea pueda considerarlo un proyecto común». Desde la seriedad a la ironía: «La idea europea es la única gran idea inteligente que han tenido los europeos desde el siglo XVIII».
Con el tiempo encima, el turno de preguntas fue especialmente vibrante. «Es una gran pregunta la que me hace pero lamento no poder extenderme ya más», se disculpaba. Sin perder nervio, a modo de titular. ¿Extrema derecha? «Quieren acabar con Europa». Así, el auditorio rompió en un aplauso al terminar y quizá se cumplió el objetivo que marcó al inicio la presidenta del Grup Serra, Carmen Serra: «Saldremos más esperanzados y con una visión más optimista de nuestra sociedad». Al menos sabiendo más.