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En Bearn o La sala de las muñecas, un drama histórico que tuvo un gran presupuesto de 600.000 euros –en torno a cien millones de pesetas de la época–, muy elevado dentro del mundo del cine español, se cuidó hasta el último detalle el guión, la ambientación, pero también las localizaciones, entre las que destacó la belleza de la finca de Raixa o los impresionantes Jardines de Alfabia, ambos espacios en Bunyola. No en vano, la película obtuvo tres premios en la 39 edición de las Medallas del Círculo de Escritores Cinematográficos, así como otros dos galardones en los Fotogramas de Plata.
Radiografía
En la película, Jaime Chávarri quiso hacer una radiografía de la lenta decadencia de la aristocracia mallorquina de mediados del siglo XIX. Para ello contó con un reparto liderado por grandes estrellas del celuloide del momento como Fernando Rey, Imanol Arias, Ángela Molina o Amparo Soler Leal. En este sentido, tras Bearn o La sala de las muñecas, Jaime Chávarri rodó otras dos adaptaciones literarias: Las bicicletas son para el verano, inspirada en la obra de teatro escrita por Fernando Fernán Gómez, y Tierno verano de lujurias y azoteas, de Pablo Sorozábal. Todas estas cintas, incluida Bearn, fueron producidas por Alfredo Matas.
Sobre el filme, se ambienta en Mallorca en 1865 cuando se celebran los funerales por los señores de Bearn. El capellán Juan Mayol, que es huérfano y desconoce su pasado, decide reconstruir la historia de su familia. Cabe destacar que, antes del visionado del filme, se proyectará el teaser de un documental de Ferran Bex que más adelante se podrá ver en IB3 Televisió, un filme que indaga en el impacto que tuvo el rodaje de Bearn en Mallorca con testimonios de algunos de sus protagonistas y testigos que lo vivieron en primera persona.