Por tierra, mar y aire las Illes Balears sufrieron ayer las
consecuencias del temporal de viento que desde el domingo por la
tarde azota el archipiélago con especial virulencia.
En Mallorca los servicios de emergencia estuvieron en estado de
alerta desde que Protección Civil anunció la llegada de rachas de
viento de hasta 90 kilómetros por hora. Diez comunidades autónomas
permanecieron durante todo el día en alerta, hasta que el
dispositivo se desactivó en ocho de ellas. Sólo Balears y Girona
continuaron con las medidas de precaución a causa de la
inestabilidad atmosférica.
La situación en Palma, sobre todo en la noche del domingo, fue
compleja. La Policía Local y el Cos de Bombers realizaron continuas
salidas, para retirar ramas de árboles, carteles y toldos. En el
resto de la Isla el viento también se dejó notar. Los bomberos del
CIM actuaron en Calvià, Marratxí, Sóller y otras localidades como
Santanyí, en un donde un incendio localizado en un vertedero cobró
importantes dimensiones reavivadas por las fuertes rachas. El
Buquebus que salió a las 20.00 horas, y que enlaza Palma con
Barcelona, se vio obligado a regresar al Port de Palma. La
siguiente salida, la de las 11.00 horas de ayer, quedó cancelada.
Los 60 pasajeros afectados fueron recolocados en hoteles. Las
embarcaciones de la compañía Trasmediterránea consiguieron hacerse
a la mar, pero sufrieron retrasos sobre el horario previsto. Lo
mismo ocurrió con las navieras. Las olas superaron los 7 metros de
altura.
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