El secuestrador «menos malo de entre los malos», a quien la
farmacéutica María Angels Feliu llamaba «Iñaki» y que fue quien
decidió liberarla tras 492 días de cautiverio, fue detenido ayer
por la Guardia Civil.
Con la detención de «Iñaki», un hombre de 35 años, Sebastián
Comas Borrell y que fue reclutado para vigilar a la farmacéutica
por el presunto cabecilla de la operación, Ramón Ullastre, la
Guardia Civil obtiene una pieza fundamental de la investigación
para saber si hay más implicadas. «Iñaki», vecino también de la
zona de Torelló y sin antecedentes penales ni trabajo fijo, fue el
secuestrador que más tiempo vigiló a María Angels Feliu, y el que
mejor trato le dispensó. Entre otros asuntos, Sebastián Comas
confesó a su prisionera que era adicto a las drogas blandas e
incluso le preguntó en una ocasión adonde podía ir para que le
hiciesen las pruebas el Sida.
El detenido también había confesado a la farmacéutica que temía
que los otros miembros de la banda le hiciesen daño y por eso
explicó a su víctima que había dejado escrita una carta que
llegaría al juez en caso de que la lastimasen. Tras su liberación,
María Angels Feliu habló bien de este secuestrador, lo que indujo a
la Guardia Civil a pensar que la farmacéutica podría estar bajo los
efectos del denominado «Síndrome de Estocolmo».
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