La madre del niño fallecido, junto al cadáver del perro. La mujer tocó el cuerpo sin vida del animal que mató a su hijo. Foto: TVE-1.
'Copi' murió ayer de una sobredosis de barbitúricos que le habían mezclado la noche anterior con la última comida. El dogo argentino que el pasado mes de enero mató a un niño de cuatro años en Can Picafort tenía que ser sacrificado a media mañana de ayer por una orden judicial. Joan Oliver, el veterinario de Santa Margalida que tenía que inyectarle una dosis letal, llegó a las diez a la perrera para cumplir con su cometido. Pero 'Copi' ya estaba muerto. Su corazón dejó de latir horas antes, después de haber entrado en un coma profundo como consecuencia de los barbitúricos que había tomado. El veterinario explicó que se le habían dado los fármacos porque estaba muy agresivo, para tranquilizarlo, y para que sufriera lo menos posible a la hora de sacrificarlo.
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