El Ministerio de Interior ha decidido que la vigilancia de la nueva
prisión de Palma sea misión de la Guardia Civil, tal como ya hacía
en el viejo centro de la carretera de Sóller. Aunque esta decisión
aún no se ha anunciado públicamente, los mandos de la Benemérita de
Palma ya conocen la decisión que han tomado los responsables de
Interior.
La vigilancia de la nueva cárcel ha provocado una polémica entre
la Guardia Civil y la policía. En un primer momento se tomó la
decisión de que fuera la policía quien se encargara de esta labor.
Se justificaba en que la prisión estaba instalada en una
demarcación que pertenece a la policía, y no a la Guardia Civil,
que se encarga de la seguridad de la Part Forana de la Isla. Sin
embargo, los responsables de Interior se han dado cuenta que este
proyecto es inviable, toda vez que sería necesario destinar a más
de cien agentes a esta seguridad, con lo que los otros servicios de
vigilancia se verían afectados por la falta de personal. Además,
también pondría en peligro la puesta en marcha del proyecto de
Policía 2000.
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