El cadáver permaneció una hora sobre la arena, pero los veraneantes más próximos continuaron tomando el sol. Foto: FERRAN CARBONELL.

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Las vacaciones en Mallorca de Josefa Bermúdez Segura, una sevillana de 53 años, finalizaron ayer al mediodía trágica e inesperadamente. La mujer, acompañada de su esposo, se tomó un baño en la Platja de Palma y en pocos segundos se ahogó. La rápida asistencia médica recibida no pudo evitar el fatal desenlace.

La fallecida había llegado con su familia a la Isla para pasar unos días de descanso y se alojaba en la casa de su cuñada, en el Pont d'Inca, según informó el Cuerpo Nacional de Policía. Josefa y su marido se desplazaron por la mañana al balneario número 6, para disfrutar de un día de playa, y a eso de las doce del mediodía la infortunada se introdujo en el agua. No se alejó en exceso de la orilla, pero de repente desapareció y ya fue sacada del agua inconsciente.

El personal de una ambulancia del 061 intentó durante muchos minutos reanimarla, pero la veraneante sevillana ya no recuperó la constantes vitales. El cadáver de la señora permaneció casi una hora sobre la arena, a la espera de que su cuerpo fuera trasladado al depósito municipal. A escasos tres metros del cuerpo sin vida, que quedó delimitado por una cinta policial, la playa siguió siendo un hervidero de veraneantes, que tomaban el sol o nadaban con casi total indiferencia.

El marido de la víctima, testigo presencial de los hechos, tuvo que ser atendido por el tremendo impacto emocional que sufrió.