La vigilancia en los puertos y los clubes náuticos es, este año, muy intensa.

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Alrededor del cincuenta por ciento de los barcos chárter que operan en Mallorca son ilegales o no cumplen con la normativa vigente, según ha detectado la Guardia Civil de Palma. Este tipo de embarcaciones, alquiladas por empresas a particulares, que navegaban días o semanas a cambio de una elevada cantidad de dinero, también son propicias para prácticas delictivas, por lo que este año la Benemérita está endureciendo de forma considerable los controles que lleva a cabo.

En la actualidad existen casi 700 barcos chárter autorizados por la consellería de Industria y Transportes, pero una cifra cercana son alquilados de forma fraudulenta, sin pagar impuestos, y otros, los menos, son utilizados como medio para delinquir. La Benemérita, a través del Grupo de Puertos y Costas y del Servicio Marítimo, ha extremado la vigilancia para que esta modalidad de ocio no sea la plataforma para la introducción en la Isla de inmigrantes ilegales (sobre todo de países del Este), de droga o incluso armas.

Mallorca acapara el sesenta y cinco por ciento de la oferta de chárter a nivel nacional y el fraude en la época estival se estima, según las fuentes consultadas, en «cientos de millones». El alquiler durante una semana de una de estas embarcaciones, y no de un lujo excesivo, oscila entre 700.000 y 1.000.000 de pesetas. En los últimos meses, debido principalmente a la presión policial, se ha detectado un aumento en las legalizaciones de algunos yates y veleros chárter, pero la situación sigue siendo muy grave. La Guardia Civil se ha encontrado con casos en los que los propios particulares que navegan a bordo del barco han sido aleccionados por la empresas «piratas» para que, en el caso de que sean interceptados, declaren que la nave es de su propiedad. De esta manera no se meten en líos. En esos casos, empero, la comprobación de los papeles del barco y otras gestiones de la Benemérita dan al traste con las argucias.